Las energías renovables constituyen una oportunidad para la integración energética latinoamericana

Para lograr este objetivo, habrá que superar barreras en la producción de energía proveniente de recursos naturales en países de la región como Argentina, consignó una investigadora del país en su conferencia durante la FAPESP Week Montevideo

Por Elton Alisson, desde Montevideo  |  Agência FAPESP – Las energías renovables, tales como la energía solar, la eólica, la hidroeléctrica y la que proviene de la biomasa ‒de etanol y de otros biocombustibles‒, constituyen una oportunidad para la integración energética de los países latinoamericanos, en razón de la complementariedad de sus matrices, que hoy en día se apoyan fuertemente en la producción de energía hidroeléctrica.

Sin embargo, para alcanzar este objetivo, habrá que superar barreras en lo que hace a la producción de energía proveniente de recursos naturales en ciertos países de la región, como es el caso de Argentina.

Esta apreciación estuvo a cargo de Carina Guzowski, docente del Departamento de Economía de la Universidad Nacional del Sur de Argentina, durante la conferencia que dictó en el marco de la FAPESP Week Montevideo.

Este simposio, organizado por la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM), la Universidad de la República (UDELAR) y la FAPESP, se realizó entre los días 17 y 18 de noviembre en el campus de la UDELAR, en la ciudad de Montevideo, y tuvo como objetivo fortalecer las actuales colaboraciones y establecer nuevas alianzas entre investigadores de América del Sul en las distintas áreas del conocimiento. Participaron en el encuentro científicos y dirigentes de instituciones de Uruguay, Brasil, Argentina, Chile y Paraguay.

“Las energías renovables constituyen una oportunidad para la integración energética de los países latinoamericanos, porque podemos aprovechar las complementariedades de nuestros sistemas energéticos e importar y exportar regionalmente energía proveniente de fuentes intermitentes”, sostuvo Guzowski.

“Pero, para ello, será necesario que algunos países, y ése es el caso de Argentina, logren sortear bloqueos tecnológicos que impiden que alcancen un desempeño comparable al de Brasil y de Uruguay, por ejemplo, en materia de producción de energía renovable”, señaló la investigadora.

De acuerdo con Guzowski, la matriz energética de la mayoría de los países latinoamericanos se basa en la hidroelectricidad y en el uso de energías fósiles, el gas fundamentalmente.

Los países de la región con mayor participación de las energías renovables en la generación de electricidad, según los datos que la investigadora presentó, son México, Brasil y Uruguay, en ese orden.

En tanto, Argentina se ubica muy lejos de alcanzar tal objetivo, comparó Guzowski. “Argentina se ubica muy por debajo del promedio de participación de las energías renovables en la generación de electricidad de América Latina, y muy aquende de Brasil y Uruguay”, afirmó.

La matriz energética del país es eminentemente fósil y está compuesta por gas natural (con un 51% de participación), y un 33% corresponde a petróleo que, como no se lo produce localmente, se debe importar desde otros países.

Las energías renovables tienen una participación de menos del 1% en la potencia instalada (la capacidad de generación de energía eléctrica) de Argentina, mientras que Brasil y Uruguay, por ejemplo, tienen matrices energéticas mucho más diversificadas, con una significativa participación de la energía hidroeléctrica, la eólica y la que proviene de la biomasa.

“Argentina depende en un 80% prácticamente de la energía proveniente de fuentes fósiles. Esto es producto de un bloqueo tecnológico y cultural de dependencia del petróleo y del gas para el suministro energético, que deberá superarse para que logremos promover la integración energética de los países de América Latina”, sostuvo.

A juicio de la investigadora, algunas de las ventajas de la integración energética de los países latinoamericanos a través de las energías renovables serían la generación de una economía de escala (ventajas en lo que hace a los costos debido a la expansión) para atraer inversiones y el aprovechamiento de las complementariedades entre los recursos renovables de los países de la región.

Otra ventaja residiría en la minimización del problema de intermitencia en el suministro de energía en ciertos países, como en la propia Argentina, sostuvo.

La fuerte caída de los costos de la generación eléctrica mediante la aplicación de tecnologías de producción de energías renovables constituye una oportunidad para los países de la región, los cuales, al estimular la producción de este tipo de energía, podrían disminuir su dependencia energética externa, asegurar el abastecimiento energético y diversificar sus mix de generación de energía, hoy en día basados sobremanera en las centrales hidroeléctricas, que son vulnerables a los fenómenos climáticos, enfatizó.

“Constituye una opción sumamente importante para los países latinoamericanos el disponer de fuentes de energía intermitentes que ayuden con relación a la generación de energías hidroeléctrica y térmica y las complementen”, sostuvo.

 

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