El nivel de conocimiento sobre ciencia en la sociedad latinoamericana es dramáticamente bajo

FAPESP Week Buenos Aires

Estudios de percepción pública realizados en Brasil y Argentina apuntan que la mayor parte de la población de ambos países no sabe si se hacen investigaciones científicas y en qué instituciones se realizan

Elton Alisson, desde Buenos Aires

Agência FAPESP – Pese a que han aumentado durante los últimos años los esfuerzos de divulgación científica entre la población de Latinoamérica, el nivel de conocimiento mínimo sobre ciencia en los países de la región, tal como se ve en los casos de Brasil y Argentina, aún se mantiene dramáticamente bajo.

Este análisis estuvo a cargo de expertos que participaron en una sesión sobre percepción pública de la ciencia durante la FAPESP Week Buenos Aires, realizada entre los días 7 y 10 de abril en la capital argentina por la FAPESP, en colaboración con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

“Queda claro que nuestros esfuerzos de comunicación para mostrarle a la sociedad en general los resultados de investigaciones financiadas con recursos públicos, y fomentar el interés de las futuras generaciones por la ciencia, están fallando” dijo Marcelo Knobel, docente del Instituto de Física Gleb Wataghin, de la Universidad, de Campinas (Unicamp).

“Las poblaciones de los países de América Latina ni siquiera saben si se hace ciencia, y mucho menos en qué instituciones se realiza esa actividad en sus respectivas naciones”, dijo Knobel, quien es asesor de la dirección científica de la FAPESP para colaboraciones de investigación.

Su evaluación se corrobora mediante estudios de percepción pública realizados en los últimos años en Brasil por instituciones tales como el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI) y la FAPESP, y en la Argentina y otros países iberoamericanos por la Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT).

El último sondeo sobre percepción pública de la ciencia en Brasil, realizado a nivel nacional por el MCTI, apuntó que sólo el 14% de los participantes conoce alguna institución que realiza investigación científica en el país.

Otra investigación realizada por la RICYT en distintos países de Latinoamérica indicó que el grado de conocimiento de la población en general respecto a las instituciones que hacen investigación científica en sus respectivos países varía según el nivel de instrucción.

Mientras que en promedio tan sólo un 20% de los participantes del sondeo en Argentina supo señalar una institución de investigación científica existente en el país, entre los participantes con mayor nivel de instrucción dicho porcentaje trepó al 70%.

“Los estudios de percepción pública realizados durante los últimos años en América Latina muestran que la mayoría de la población de los países de la región tiene un nivel muy bajo de información científica”, dijo Carmelo Polino, investigador del Centro de Estudios sobre Ciencia, Desarrollo y Educación Superior (Centro Redes), quien coordina la RICTY.

“Sólo entre el 2% y el 5% de la población de los países de la región tiene acceso periódicamente a contenidos científicos tales como libros, artículos periodísticos de diarios e internet, y visita museos y centros de ciencia, por ejemplo”, dijo Polino.

En tanto, en São Paulo, solamente un tercio de los participantes en un estudio de percepción pública de la ciencia en el estado, realizado en 2014 por el Instituto Datafolha a pedido de la FAPESP, dijo buscar a menudo información sobre ciencia en internet, televisión, revistas y diarios.

Un universo del 79% de los entrevistados respondió que no entra en contacto con contenido sobre ciencia porque cree que es un tema complicado y no logra entenderlo.

“No es un problema del público, sino de los científicos y de los divulgadores de ciencia, que no están logrando ser capaces de realizar el trabajo de comunicación en forma correcta y llegar a dicho público de manera adecuada”, sostuvo Carlos Eduardo Lins da Silva, docente de Periodismo de Escola Superior de Propaganda e Marketing (ESPM) y consultor de comunicación de la FAPESP.

Pero no son únicamente los profesionales de la comunicación y los científicos quienes están fallando en la forma de hacer divulgación científica, ponderó Lins da Silva.

Al preguntarles al 79% de los participantes en el sondeo de percepción pública de la ciencia en el estado de São Paulo por qué consideraban difícil entender la información científica, una cuarta parte contestó que fue la escuela quien lo llevó a perder el interés en la ciencia.

“En el trabajo de divulgación científica tampoco se debe soslayar el rol importantísimo que les compete a los docentes de las escuelas primarias y secundarias, en lo que concierne a estimular ‒o desestimular‒ el interés de los jóvenes por la ciencia”, afirmó Lins da Silva.

Formación de divulgadores

A juicio de Knobel, pese a este panorama dramático, existe un movimiento que han activado las instituciones de fomento de la investigación científica en los países de Latinoamérica tendiente a hacer disminuir el foso que separa a la sociedad en general de la ciencia.

En Brasil, por ejemplo, la FAPESP estableció la obligatoriedad de que los nuevos Cepids financiados por la institución realicen divulgación científica.

Con todo, si el objetivo es realizar esta actividad de manera efectiva y adecuadamente, es necesario que la divulgación científica se constituya como un campo de estudio destinado a entender de qué manera afectan a la población en general, o a un determinado grupo de la sociedad al que se pretende llegar, las acciones realizadas en el área, apuntó Knobel.

“Esto no es para nada trivial y requiere trabajo y formación de profesionales especializados. Y es entonces cuando surge otro problema, que es la falta de lugares destinados a la formación de profesionales en divulgación científica”, afirmó.

En Brasil, la Unicamp fue una de las instituciones pioneras, al crear, a finales de la década de 1990, el Laboratorio de Estudios Avanzados en Periodismo (Labjor), en donde se realizan investigaciones sobre percepción pública de la ciencia y se dicta la carrera de especialización en periodismo científico.

En los últimos años, el Labjor también implementó una maestría en divulgación científica y cultural, destacó Knobel.

“La carrera permite el ingreso de profesionales de cualquier área del conocimiento. Esperamos que esto tenga consecuencias benéficas para la divulgación de la ciencia en Brasil”, afirmó.

La Universidad Nacional de Río Negro, en Argentina, siguió el mismo camino al implementar en los últimos años una carrera de especialización en divulgación de la ciencia, la tecnología y la innovación, y una maestría en ciencia, tecnología e innovación, comentó Sandra Muriello, docente de dicha casa de altos estudios.

“La cantidad de acciones de divulgación científica ha venido aumentando durante la última década, y el área de percepción pública de la ciencia representa un campo emergente de investigación; pero todavía está subdesarrollado”, sostuvo.

Pollino hizo suya esta opinión. “El tema de la percepción pública de la ciencia ha venido ganando terreno y despertando el interés de los formuladores de políticas públicas”, afirmó.

“Existe una clara comprensión por parte de las instituciones científicas, tecnológicas y de educación superior de América Latina que indica que la sociedad debe apropiarse de la ciencia y la tecnología como un recurso estratégico para el crecimiento económico y para aumentar la competitividad de los países de la región, aparte de mejorar el bienestar social y cultural de sus poblaciones”, afirmó.

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