Características y desempeño de las instituciones democráticas

Durante la tarde de este lunes en Salamanca se presentaron y se debatieron estudios de politólogos y sociólogos de São Paulo y España relativos a las características y al desempeño de las instituciones democráticas


Carlos Eduardo Lins da Silva, Salamanca


Durante la tarde de este lunes (10/12) en Salamanca, en el marco del seminario “Fronteras de la Ciencia”, organizado por la FAPESP y la Universidad de Salamanca (USAL), se presentaron y se debatieron estudios de politólogos y sociólogos de São Paulo y España relativos a las características y al desempeño de las instituciones democráticas.

Miguel Jerez, de la Universidad de Granada, inició las sesiones refiriéndose a su investigación sobre los diputados de la nueva democracia española. Se trata de una extensa compilación de datos demográficos, personales y políticos de todas las composiciones de la Cámara Baja de España según sus partidos políticos que permite efectuar análisis interesantes sobre el Poder Legislativo del país.

Para llegar a ello, Jerez revisa estudios empíricos sobre política que van desde los clásicos de la década de 1950 (tales como Wright Mills, Seymour Lipset, Robert Putnam y otros) hasta los estudios comparados más recientes sobre las elites nacionales europeas y españolas.

Con los datos que Jerez compiló se constata por ejemplo que la edad promedio de los diputados ha venido disminuyendo durante las últimas tres décadas y media, y que en la actualidad los comunistas son los de mayor edad (45,5 años en promedio) y los socialistas los más jóvenes (39,3 años).

La participación de las mujeres en la Cámara Baja ha experimentado un crecimiento constante: eran ellas allí el 6% en 1977, en tanto que ahora suman el 36,3%, y los socialistas constituyen el partido con el mayor bloque femenino en proporción con respecto al total de sus integrantes.

El porcentaje de graduados en derecho se redujo del 45,4% al 37,7% del total de la Cámara Baja, mientras que aquéllos graduados en humanidades treparon del 29,7% al 46,6% en estos 35 años. Los representantes sin estudios superiores completos, que reunían el 14,6% en 1977, ahora llegan sólo al 9,9%.

Entre las profesiones, los abogados ahora son menos (cayeron del 21,1% al 17,4%), los docentes universitarios han aumentado (del 15,1% al 19,5%), si bien que entre éstos los catedráticos son menos (bajaron del 8,0% al 5,2%) y ha aumentado la cantidad de profesores titulares y asistentes.

Uno de los datos más interesantes es la escasa renovación de los miembros de la Cámara Baja española: en el promedio de estos 35 años, el 57% de los diputados llegó a la reelección para un nuevo mandato; en las primeras elecciones posteriores a la de 1977, dicho porcentaje fue del 59,1%, y en la más reciente, del 62%.

Jerez también registra que, tal como sucede en otros países del mundo, el grado de confianza de la población en el Legislativo ha venido decayendo en España.

Este trabajo guarda similitud temática con el de José Álvaro Moisés y su grupo del NUPPs (Núcleo de Investigación en Políticas Públicas, por sus siglas en portugués) de la Universidad de São Paulo, que pretende medir con datos lo más objetivos posibles la calidad de la democracia en Brasil o en otros países.

En su conferencia de Salamanca, Moisés explicó su abordaje teórico, que se basa en el principio de que la democracia se va desarrollando, que existen características que apuntan hacia su durabilidad y que las mismas pueden perfeccionarla. Él y sus colegas han estudiado los procesos de democratización no solamente en Brasil, sino también en naciones del sudeste europeo a los efectos de detectarlas.

Existen varios factores que pueden definir qué es una democracia, y Moisés mencionó algunos de éstos: la realización periódica de elecciones, el primado de la ley, el respeto a los derechos y su extensión, la autonomía del sistema judicial, el control del sistema político a cargo de la sociedad, la capacidad de dicha sociedad de exigirles la rendición de cuentas a los que ostentan el poder (accountability), el grado de respuesta de los dirigentes ante las demandas de la sociedad y su capacidad de obrar en respuesta a éstas (responsiviness).

El trabajo del NUPPs se encuentra en desarrollo, por ende, son relativamente pocos los resultados concretos que se pueden mostrar. Pero Moisés exhibió diversos aspectos positivos de la democracia brasileña durante sus 25 años (que se cumplen en 2013), tales como el funcionamiento autónomo y eficaz de las instituciones, la absoluta ausencia de las Fuerzas Armadas en el debate político y su total sumisión al mando civil y la extensión de los derechos a estratos de la población que antes estaban casi totalmente desprovistos de éstos.

Pero también apuntó las dificultades de la joven democracia brasileña, entre las cuales se cuentan los casos de abuso de poder, la corrupción, las violaciones de los derechos humanos, los desequilibrios del sistema electoral, la asimetría entre el Ejecutivo y el Legislativo (éste último, mucho menos influente y poderoso que el primero, aun en la función que debería ser específicamente suya, que es la de generar leyes) y las fallas en el sistema de representación política.

Joan Subirats, de la Universidad Autónoma de Barcelona, discurrió sobre los estudios de políticas públicas en España. Empezó afirmando que su país y Europa en general comenzaron con relativo atraso a investigar este tema en comparación con Estados Unidos, que venía haciéndolo desde la mitad del siglo pasado.

En Europa, sólo en la década de 1980 se empezaron a concretar los primeros intentos de análisis sistemáticos de políticas públicas, y en España recién al final dicha década, si bien que a partir de la muerte de Francisco Franco en 1975 y del proceso de democratización del país ese concepto había comenzado a cobrar relevancia en los medios de comunicación y en los debates académicos.

En España, de acuerdo con Subirats, el campo de estudio de las políticas públicas no se constituye como una disciplina específica, sino más bien como un punto de encuentro entre investigadores de diversas áreas, tales como la sociología, la antropología, el derecho y la ciencia política.

Según Subirats, los temas más estudiados en España son los siguientes: las políticas públicas en sus múltiples niveles (global, europeo, nacional, regional y local), políticas públicas y movimientos sociales, políticas públicas sociales, políticas públicas e internet, gestión de políticas públicas y metodología.

La profesora Marta Arretche, de la USP, demostró de qué modo los politólogos se equivocaron en sus pronósticos sobre el comportamiento del federalismo brasileño a partir de una interpretación errónea de los dispositivos inherentes presentes en la Constitución de 1988 y de la expectativa ante el comportamiento de los bloques de los estados en las votaciones de leyes de interés regional.

De acuerdo con estos análisis, el federalismo brasileño sería descentralizado y leyes tales como la de Responsabilidad Fiscal, aprobada durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, difícilmente contarían con el aval del Congreso.

Tales comentarios llegaron a provocar discusiones entre politólogos de Europa en el sentido de que la Unión Europea podría imitar a Brasil en iniciativas como la de dicha ley para resolver sus propios problemas.

Arretche demostró claramente que la Ley de Responsabilidad Fiscal no fue algo idiosincrático o excepcional en la historia política brasileña de las últimas dos décadas. En efecto, entre 1992 y 2012 se han aprobado 70 enmiendas constitucionales en Brasil (un promedio de 3,3 enmiendas por año) y 37 de éstas (1,8 por año) se referían a cuestiones federales, índices bastante altos en comparación con otros países.

En realidad, a diferencia de lo que sucede en la Unión Europea o en Estados Unidos, el gobierno central tiene en Brasil autoridad como para poner en vigencia legislaciones nacionales, en tanto que los gobiernos subnacionales tienen muy pocas posibilidades de vetar cualquier legislación aprobada a nivel nacional. Y éstos son los dos factores decisivos a la hora dotar de mayor autonomía a las administraciones regionales en una nación.

Los estados y los municipios en Brasil no tienen autonomía como para estipular niveles de gastos en salud, educación o personal, y tienen una autonomía muy limitada para decidir sobre impuestos, recaudación, erogaciones y políticas públicas. Los estados únicamente pueden decidir sobre regiones metropolitanas, y los municipios no tienen poder como para decidir sobre ninguna política pública. Tan sólo deciden acerca de cómo ejecutar políticas públicas tales como las de salud y educación.

“El vocablo autonomía ha sido incorrectamente utilizado al describir el federalismo brasileño”, afirmó Arretche.

En tanto, Esther del Campo, de la Universidad Complutense, se refirió durante su disertación en el simposio “Fronteras de la Ciencia” a sus estudios sobre la descentralización, tema afín con el de Arretche, especialmente en países andinos como Bolivia y Colombia.

Del Campo mostró de qué modo experiencias de descentralización en ésas y otras naciones forzaron a los politólogos a pensar en moldes analíticos originales referencias que suministrasen mejores explicaciones sobre las causas, las configuraciones producto de ciertas formas nuevas de gobierno en la esfera local.

En el caso específico de Bolivia, al cabo de más de diez años de experiencia, y aunque se haya concretado la introducción de mecanismos más participativos de gestión local con el apoyo de la ciudadanía, los niveles de participación en la toma de decisiones han sido relativamente modestos y se han desarrollado poco aún.

Para ella, existen tres “C”, tres conceptos fundamentales para que los intentos de descentralización tengan éxito efectivo en el futuro: control, coordinación y cooperación.

En el terreno de la vida política extrapartidaria, los comunistas se vieron marginados de la actividad política partidaria formal en Brasil durante la mayor parte del siglo XX, debido a las leyes que prohibían la existencia de sus partidos; pero la participación de artistas e intelectuales de izquierda en la formación del campo intelectual y de la industria cultural en Brasil fue intensa durante dicho período.

Marcelo Ridenti, docente de la Unicamp, quien ha venido abocándose al estudio de esa influencia, afirmó este lunes en Salamanca que “es sumamente difícil entender la producción cultural brasileña sin comprender la participación de los comunistas entre las décadas de 1940 y 1970”.

Para ejemplificar, discurrió sobre Jorge Amado, cuyo centenario de nacimiento se celebra este año y que fue objeto de un seminario sobre su obra y sus camaradas del círculo internacional comunista, más específicamente entre 1945 y 1956, en la Universidad de Salamanca.

Amado, elegido diputado constituyente en 1946 por el Partido Comunista de Brasil (PCB), debió exiliarse y su partido fue desterrado de la vida pública poco después. Se fue a Francia, entró en contacto con otros artistas que también se refugiaron allí y cobró relieve en las redes de comunicación de los comunistas de la época.

Como las universidades brasileñas eran muy jóvenes y poco hacían para internacionalizarse en aquel tiempo, aquéllos que deseaban mantener contactos intelectuales con sus pares de otros países debían buscarlos en entidades internacionales como la Iglesia Católica y los partidos comunistas.

Ridenti muestra que hasta 1948, tan sólo dos libros de Amado se habían publicado en Francia. Entre 1948 y 1955, el lapso de su exilio y enseguida después, se editaron otros seis. Sus textos también aparecían en publicaciones controladas por los comunistas franceses, que tenían un tercio del electorado en aquella época, tales como las revistas Europe y Lettres Françaises.

El profesor de la Unicamp mostró también los conflictos interiores que experimentó Amado durante ese período, especialmente luego de la revelación de los crímenes del estalinismo, que al final lo llevaron a abandonar el Partido Comunista.