El cáncer de boca y garganta ahora es más frecuente entre los jóvenes

La mayoría de los casos se asocia con la infección por el VPH, con buen pronóstico. La alteración del perfil de los afectados tiene implicaciones en la prevención y en el tratamiento de la enfermedad, sostiene Luiz Paulo Kowalski


Por Karina Toledo, desde Madrid

Hasta hace poco tiempo, los tumores de boca y garganta se asociaban típicamente con pacientes de más de 50 años y antecedentes de consumo excesivo de alcohol y tabaco. Con todo, en los últimos años los estudios epidemiológicos han apuntado la emergencia de casos entre personas jóvenes que nunca habían fumado o tomado bebidas alcohólicas, y la mayoría de éstos asociada con la infección con el virus del papiloma humano (VPH).

La alteración del perfil de los afectados por este tipo de cáncer tiene grandes implicaciones en los programas de prevención y detección precoz, y también en el tratamiento de la enfermedad.

El tema fue abordado este jueves (13/12) por el médico Luiz Paulo Kowalski, director del Departamento de Cirugía de Cabeza y Cuello y Otorrinolaringología del Hospital A. C. Camargo, en el marco del evento [Inserir link: http://www.fapesp.br/fronteras] Fronteras de la Ciencia – Brasil y España en los 50 años de la FAPESP.

Este simposio forma parte de las celebraciones del 50° Aniversario de la FAPESP, y reúne en las ciudades de Salamanca (del 10 al 12 de diciembre) y Madrid (los días 13 y 14 de diciembre) a investigadores del estado de São Paulo y de distintas instituciones educativas y de investigación del país ibérico, con una programación intensa, diversificada y abierta al público.

“Los estudios anteriores apuntaban en Brasil una prevalencia de la infección con el VPH de menos del 2% en pacientes con cáncer de cabeza y cuello. Pero una investigación nuestra, publicada ahora en 2012, muestra que en pacientes jóvenes con tumores de boca la prevalencia es del 32%. Es un porcentaje muy alto”, declaró Kowalski a Agência FAPESP.

Se compararon 47 muestras de tumores de pacientes de menos de 40 años y 67 muestras de pacientes con más de 50 años. Entre los de mayor edad, el índice de infección por VPH fue del 8%. Los resultados de esta investigación, que contó con apoyo de la FAPESP, se publicaron en el International Journal of Cancer.

“En ambos grupos el estadio de la afección era similar y también lo era la ubicación del tumor. No obstante, los pacientes jóvenes VPH positivos presentaban índices de supervivencia mejores que los otros”, comentó Kowalski.

Este hallazgo, añadió el investigador, refuerza los datos de estudios anteriores, que apuntaban un mejor pronóstico en pacientes VPH positivo. “Parece ser un tumor distinto, con un comportamiento más localizado y menos agresivo. En general los pacientes responden mejor al tratamiento”, dijo.

En el marco de otro estudio en marcha, se efectúa una comparación entre 23 pacientes con cáncer de orofaringe (amígdala) atendidos en el Hospital A.C. Camargo y 10 pacientes atendidos en el Hospital del Cáncer de Barretos, interior de São Paulo.

El objetivo es detectar marcadores de respuesta al tratamiento, pero, al efectuar la evaluación de la presencia del VPH, los investigadores se depararon con un dato interesante: mientras que el 78% de los pacientes de la capital paulista da positivo en lo que hace a la presencia del virus, todos los voluntarios de Barretos dieron negativo.

“Probablemente esta diferencia se deba al hecho de que en la capital la gente ha adherido más a las campañas antitabaco, y hoy en día se bebe menos alcohol que en el pasado. En tanto, en el interior los hábitos han cambiado menos. Asimismo, el comportamiento sexual en la capital también se ha alterado y se erige en un factor al que se le atribuye el aumento de la aparición de casos de cáncer asociados con el VPH”, explicó Kowalski.

La discrepancia en los índices de infección por el virus se vio reflejada una vez más en los resultados terapéuticos que se alcanzaron en cada grupo, sostuvo el médico. “La complejidad de las alteraciones genómicas es mayor en los tumores VPH negativos, y la respuesta terapéutica es mucho peor.”

Esta investigación se lleva a cabo en el ámbito del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología en Oncogenómica (INCITO) del Hospital A. C. Camargo, uno de los Institutos Nacionales de Ciencia y Tecnología (INCT´s), y cuenta con el apoyo de la FAPESP y del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq).

Un cambio de paradigma

Hace 20 años, el panorama para un joven con cáncer de cabeza y cuello era negro. “En general eran personas que habían empezado a fumar y a tomar alcohol muy tempranamente. Se encontraban en malas condiciones nutricionales, con un estado físico sumamente comprometido y tumores muy agresivos”, comentó Kowalski.

En tanto, hoy en día un paciente joven, VPH positivo, sin antecedentes de consumo pesado de alcohol y cigarrillos, cuenta con grandes posibilidades de sobrevivir al tratamiento y volver a tener una vida normal.

Para Kowalski, este cambio de paradigma demanda una revisión de los programas de prevención y detección precoz de la enfermedad, demasiado enfocados en los cuidados con la boca y en pacientes fumadores y bebedores. “Ahora la preocupación se extiende a todas las personas. Incluso aquéllas que no fuman y no toman alcohol pueden estar en riesgo.”

A su vez, según el médico, urge bregar por la institucionalización de las campañas de vacunación contra el VPH para niñas y también para niños.

“Si bien existen más de 200 variaciones del VPH, la mayoría de los casos de cáncer de orofaringe se asocia con los tipos 16 y 18, y contra éstos la vacuna suministra protección. Es la mejor forma de prevenir la enfermedad en el futuro”, enfatizó Kowalski.